Para garantizar una respuesta de emergencia y recuperación efectivas y apropiadas, es importante estar preparado para implementar de inmediato un enfoque acordado, planificado y coordinado en caso de una emergencia.
En caso de que ocurra una emergencia, es imperativo que no haya confusión en cuanto a los procedimientos que deben seguirse y las funciones y responsabilidades de las partes interesadas internas y externas.
El equipo de respuesta a emergencias y otro tipo de apoyo in situ y fuera del emplazamiento deben movilizarse inmediatamente de conformidad con el y los procedimientos asociados.
En paralelo a los servicios de emergencia, se debe realizar una Evaluación de Impacto Rápido dentro de las primeras 72 horas (ver Herramienta 3 4D), que identifica, evalúa y prioriza los impactos sociales y ambientales causados por la emergencia inducida por el sitio. La realización de una Evaluación de Impacto Rápido incluye la recopilación, actualización y análisis de información real y actual (preferiblemente en tiempo real) de la infraestructura, el medio ambiente y la comunidad afectados, así como las capacidades, las condiciones socioeconómicas y los recursos. La Evaluación de Impacto Rápido ayuda a identificar las necesidades de respuesta y recuperación más apremiantes en las áreas afectadas, como refugio de emergencia, agua y alimentos. Las funciones y responsabilidades para llevar a cabo la evaluación de impacto rápido deben estar predeterminadas y acordarse con las partes interesadas internas y externas como parte de las Tareas 3 y 4.
Es necesario seguir reuniendo datos y evaluando como parte de las diversas etapas de respuesta y recuperación, como se muestra en el cuadro 4D.1. Los hallazgos deben comunicarse rápidamente al Equipo de Gestión de Emergencias para comprender el tipo y el nivel de impactos e informar la toma de decisiones de respuesta y recuperación. Los datos recopilados deben compartirse con las partes interesadas externas, incluidas las comunidades afectadas, siempre que sea posible para demostrar apertura, generar colaboración y crear una imagen completa sobre los impactos y daños reales. Esto debe acordarse antes de cualquier emergencia.
El equipo de evaluación debe estar formado por expertos en la materia, personal local del sitio, miembros de la comunidad local, que trabajen por separado o en equipos mixtos. Se deben buscar expertos en la materia, como ingenieros o arquitectos locales, consultores de recuperación, consultores ambientales, expertos en reasentamiento, según el tipo de impactos, por ejemplo, daños a la infraestructura como redes de carreteras, puentes, edificios, etc., impactos en el medio ambiente y / o desplazamiento. Cuando sea probable que la emergencia dé lugar a un desplazamiento físico o económico temporal y/o permanente, será necesario establecer y movilizar un equipo de proyecto de reasentamiento inmediatamente después del evento de emergencia para trabajar como parte del equipo de evaluación rápida (ver Herramienta 4D.4).
Todos los equipos de evaluación deben tener las habilidades técnicas adecuadas, la diversidad de género y los conocimientos locales. La participación y la garantía de un equilibrio entre las partes interesadas internas y externas, y las partes interesadas locales y no locales son factores importantes a la hora de formar equipos de evaluación. Esto debe considerarse como parte de la evaluación de las capacidades locales y la participación de las partes interesadas (ver Tareas 3 y 4).
La participación de las partes interesadas externas en la recopilación y evaluación de datos debe acordarse a través de s o, cuando proceda, contratos de servicios (ver la herramienta 4D 2).
En la Figura 4D.3 se ofrece una visión general de las etapas de la respuesta y recuperación de emergencia y de las diversas evaluaciones que se llevarán a cabo después de un evento de emergencia. Los plazos son indicativos y pueden variar según el contexto. Es posible que sea necesario realizar cambios en el enfoque de respuesta y recuperación de emergencias en función de los resultados de las evaluaciones, y el plan de gestión de emergencias y los procedimientos/ asociados deben actualizarse en consecuencia. También es posible que sea necesario introducir cambios en los proyectos de planificados en el contexto de la recuperación, y la Matriz de Establecimiento de Prioridades de debe revisarse en consecuencia (ver Sección 4A).